Nuevo Papa, el Cardenal agustiniano Prevost ha elegido un nombre cargado de historia y significado: León XIV


Con la elección del nuevo Papa, el Cardenal agustiniano Prevost ha elegido un nombre cargado de historia y significado: León XIV. Una elección que no puede ser casual, especialmente si se ve a la luz del legado dejado por León XIII, uno de los papas más cultos y progresistas del siglo XIX, cuyo pontificado (1878-1903) marcó una época de diálogo entre la Iglesia y el mundo moderno. Pero ¿quién fue León XIII y por qué su figura podría haber inspirado este nuevo comienzo para la Iglesia del siglo XXI?


Nacido Vincenzo Gioacchino Raffaele Luigi Pecci, León XIII fue educado por los jesuitas, primero en Viterbo, luego en el prestigioso Colegio Romano, centro de excelencia de la educación católica. La Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, es conocida por su rigor intelectual, apertura a la ciencia y actitud misionera global. Estos elementos fueron fundamentales en la formación del joven Pecci y continuaron influyendo en su visión del mundo como papa.


León XIII fue un defensor de la misión educativa de los jesuitas y, en varias ocasiones, expresó su profundo aprecio por su papel en la defensa de la fe, la difusión del Evangelio y la formación de las élites católicas. El Colegio de los Jesuitas en Milán lleva su nombre, León XIII. A pesar de los tiempos turbulentos - en los que los jesuitas eran a menudo objeto de sospecha y tensión con los Estados nacionales - León XIII defendió su autonomía y promovió su contribución intelectual.


León XIII no solo fue un admirador de los jesuitas, sino también un papa visionario. Publicó la encíclica Rerum Novarum (1891), texto fundacional de la Doctrina Social de la Iglesia, en la que abordó las injusticias del capitalismo salvaje y propuso un papel activo de la Iglesia en la protección de los trabajadores. Fue también el primer papa moderno en fomentar el diálogo con la ciencia, la filosofía contemporánea y el mundo académico. Su pontificado se caracterizó por una renovada apertura hacia la cultura y un retorno a la filosofía tomista, gracias también a la colaboración con teólogos jesuitas.


Además, su atención a la política internacional, la diplomacia y la cuestión laboral lo convirtió en un punto de referencia para una Iglesia que deseaba resurgir como interlocutora creíble en la arena global.


La elección del nombre León XIV por parte del nuevo Papa, el Cardenal agustiniano Prevost, se carga así de valencias simbólicas y teológicas múltiples. Un mensaje a la sociedad contemporánea: al igual que León XIII habló a los desafíos de su tiempo, León XIV parece querer decirle al mundo que hoy también la Iglesia está dispuesta a enfrentar los "novi rerum", las nuevas cuestiones de nuestro tiempo: crisis ecológica, desigualdades, tecnologías emergentes y paz global.