Moisés (mi esposo) sigue batallando, ya en otro ambiente no hospitalario pero sigue luchando, ahora a nuestro lado con un riguroso protocolo de aislamiento pero viéndonos cerquita. Juntos los tres (Adrián y yo a su lado), más la familia y tantas oraciones de las tantísimas personas que se han sumado a orar desde que iniciamos esta batalla hace meses (tantas de verdad que aún no tengo cómo agradecerles).
Muchos me preguntan cómo no perder la fe en este momento tan largo, doloroso y complejo y lo único que les puedo decir es que cuando tanta gente se une por una causa común en oración grandes cosas podemos lograr.
Agotamiento, claro, tanto físico como mental, pero desánimo jamás, sus oraciones nos han mantenido de pie, batallando y dándonos la luz que necesitamos para estar alerta ante la más mínima situación que se presentara.
Dios sabe el para qué, el por qué y el tiempo de todo.
Aún no he podido responder tantos mensajes pero solo puedo decirles a todos GRACIAS
Las grandes pruebas dejan grandes testimonios.