Promoción de antivalores para niños en nuestras narices

 Hasta cuándo nos vamos a quedar callados?

Ver TV junto a nuestros niños ya no nos resulta un entretenimiento sino una obligación para aquellos padres que no queremos que a nuestros hijos los adoctrinen con contenido no apto para niños y es estresante, desgastante y molesto ver que son muyyyyyy mínimos los muñequitos que sean 100% sanos para nuestros niños, libre de la mal llamada inclusión.

Lo último de Netflix es la creación de una serie animada donde un toro o bisonte se declara no binario. Pero desde hace años están contaminados los dibujos animados. 



Ejemplos claros que yo misma he visto:

1- Doctora Jugeuetes de Disney

En un episodio presentan a un juguete que tiene dos madres, dos mujeres pareja. 

2- El Mundo de Craig
Además de que una de las principales, es una niña que a simple vista se comporta como varón, ahora introducen una escena en la que la niña se siente atraída por otra niña, pero ya antes en esta misma serie animada se presenta a dos adolescentes que son lesbianas y que van al arroyo a escondidas de sus padres que temen que se enteren de su relación amorosa entre ellas. 



3- Los casa grande
Esta serie presenta al mejor amigo del protagonista principal como un niño con dos padres, y no obstante, una de sus hermanas tiene una novia, claramente dos parejas homosexuales en una misma serie. Como si no bastara con sólo una. Y le sumamos que otra de las hermanas también se comporta completamente como niño y también es introducida a enamorarse de una niña de su mismo sexo.




Estos son sólo algunos de los que mi niño consumía que responsablemente eliminé de su programación, porque mientras me sea posible lucharé por preservar su inocencia. ¿Pero hasta cuándo será posible con tanto bombardeo de antivalores? la generación de cristal y ofendidos que nos quieren obligar a consumir sus ideologías antinaturales, y el mundo simplemente en silencio. 

De mi parte NO callaré y no permitiré que contaminen la mente de mi niño con estas perversidades. 

Como padres tenemos un reto extremadamente grande de criar en estos tiempos donde se normaliza llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo.