Etapa Continental del Sínodo en el Caribe: Compartir deseos y anhelos en una Iglesia de puertas abiertas
Rueda de Prensa del Encuentro Continental del Sínodo en el Caribe publicado por Iglesia Digital
Etapa Continental del
Sínodo en el Caribe: Compartir deseos y anhelos en una Iglesia de puertas
abiertas
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"Trabajar por una
Iglesia de puertas abiertas, siempre en salida, siempre samaritana, que intenta
romper la auto referencialidad para ir al encuentro de otras voces, cargadas de
experiencias”
Esa gran escucha a
través del discernimiento llevará a “tomar las decisiones pastorales adecuadas
para el bien de toda América Latina y el Caribe”
El espacio digital,
“un ambiente en el que más allá de un medio, es una cultura que nos permite dar
la voz a millones de personas en todo el mundo”
Muchos jóvenes “no ven
que el lenguaje de la Iglesia les habla al corazón, no sienten que las
preguntas que ellos se ponen, tienen respuestas dentro de la Iglesia”
“El Sínodo nos lleva a
retomar este gran anuncio de Montesinos”, en las periferias que claman la
presencia sanadora, pacificadora de la Iglesia
21.02.2023 Luis Miguel
Modino, corresponsal en Latinoamérica
La Etapa Continental
del Sínodo 2021-2024 en América Latina y el Caribe está realizando de 20 a 24
de febrero su encuentro con las Iglesias del Caribe, donde participan la
diversidad de rostros eclesiales, así como de las periferias geográficas y
existenciales, elegidos por las diferentes conferencias episcopales de la
región. Un encuentro que en rueda de prensa ha dado a conocer los pasos dados
en el proceso de la Etapa Continental del Sínodo.
Cabrejos
Reunidos bajo la
acción del Espíritu Santo
Mons. Miguel Cabrejos,
tras agradecer a los profesionales del mundo de la comunicación hizo ver la
necesidad de dar gracias a Dios por este Kairós, por este tiempo de gracia,
llamando a espiritualizar estos momentos, pues “estamos reunidos bajo la acción
del Espíritu Santo”. El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y
Caribeño ve este proceso como un aporte inédito del Celam a la Iglesia
universal, explicando como se está llevando a cabo la Etapa Continental del
Sínodo en el continente.
Encuentros en los que
se lleva a cabo una gran escucha, algo ya realizado a nivel diocesano y en las
conferencias episcopales, “para encontrar desafíos, propuestas, proyecciones
como región”. Algo que define como “la gran oportunidad que tenemos para
expresar todo esto y hacerlo conocer a las demás regiones, y hacerlo conocer
como Celam después a la Iglesia Universal”. El presidente del episcopado
peruano insistió en que esa gran escucha a través del discernimiento llevará a
“tomar las decisiones pastorales adecuadas para el bien de toda América Latina
y el Caribe”.
Mons. Santiago
Rodríguez agradeció por el hecho de que Santo Domingo fuese elegido como sede
de este encuentro, insistiendo en que han querido mostrar la cara de la Iglesia
del continente, “una Iglesia de acogida y fervorosa”. Un encuentro que según el
director del Centro Nacional de Pastoral “nos hace ver las grandes riquezas que
tenemos, las esperanzas, como también los retos y desafíos por delante”, en un
ambiente de diversidad y sinodalidad que busca fortalecerse en la unidad.
Vivir en la
espiritualidad de la escucha
“La experiencia de
camino sinodal debe traducirse y llevarnos a vivir en la espiritualidad de la
escucha”, afirmó la Hna. Daniela Cannavina. La secretaria general de la CLAR
llamó a “hacer un paso de calidad, que es ir más allá de oír palabras”,
insistiendo en que “en este proceso intentamos entretejer con el ver, con el
sentir, con el apreciar y con el poner oídos a las palabras que nos caminan,
pero también a los silencios, a veces tan elocuentes y expresivos”. Un proceso
que quiere ser Pascual, “porque nos libera, nos hace sentir de algún modo
personas capaces de salir de nosotros mismos, de acoger, de abrazar, de
acompañar a quienes formamos estas comunidades sinodales, donde deseamos y
anhelamos compartir nuestros deseos, nuestros anhelos, todo lo que nos habita
internamente”, destaco la religiosa argentina.
Una espiritualidad de
la escucha y una escucha personal y comunitaria que es importante “porque
ciertamente buscamos descubrir juntos la voz del Espíritu en cada realidad
particular”, según la Hna. Daniela. Una espiritualidad de la escucha que “nos
ayuda a trabajar por una Iglesia de puertas abiertas, siempre en salida,
siempre samaritana, que intenta romper la auto referencialidad para ir al
encuentro de otras voces, cargadas de experiencias”, enfatizó la religiosa.
Algo que se está viviendo en los espacios orantes, momentos para encontrar la
fuerza y hacer de este camino sinodal una experiencia profunda del Espíritu.
Un Sínodo que en Cuba,
“nos ha permitido recuperar lo mejor de nuestra Iglesia, una Iglesia pobre,
pequeña, una Iglesia herida en medio de un pueblo herido”, en palabras del
padre Raúl Aderí. En medio de esa realidad testificó que esa Iglesia tiene un
tesoro, “el tesoro es Jesús, y queremos compartir ese tesoro con todas las
personas, hombres y mujeres que acuden a nosotros”, insistió el jesuita. Un
proceso sinodal que ayudó a la Iglesia cubana a descubrir la importancia del
caminar juntos, citando como ejemplo el Encuentro Nacional Eclesial cubano,
hace 37 años, la visita de Juan Pablo II o la peregrinación de la Virgen de la
Caridad, pues en esos momentos se logró involucrar a toda la Iglesia. Desde ahí
señaló que la Iglesia cubana quiere “revitalizar ese espíritu, ese estilo de la
sinodalidad”.
Daniela Cannavina
Sínodo digital
“El Sínodo digital nos
ha permitido llegar a todas esas personas que quizás no se congregan, no
creyentes”, afirmó Tahiana Cruz, que definió el espacio digital como “un
ambiente en el que más allá de un medio, es una cultura que nos permite dar la
voz a millones de personas en todo el mundo”, entre ellos los alejados. Un
medio para que todas las personas participen de este momento histórico en la
vida de la Iglesia, “abierta a seguir transformando, a seguir acompañando y a
trabajar unidos, pues somos una Iglesia universal en clave de escucha, de
solidaridad y de unión fraterna”.
Un proceso sinodal que
no debe terminar nunca, como insistió Mons. Cabrejos que señaló que “la
sinodalidad debe ser un ser, un estar en la Iglesia, que se incorpora a un modo
de ser, un modo de vivir en la Iglesia”. Más allá de las diferentes etapas,
este es un proceso que en su esencia “se inicia y ojalá nunca termine”,
insistió el presidente del Celam, llamando a “apropiarnos de un modo de vivir y
de ser en la Iglesia”.
Un proceso de escucha
y una Etapa Continental en los que “la participación de los jóvenes ha sido muy
activa”, según Tahiana Cruz, especialmente en el espacio digital. El presidente
del Celam llamó a los jóvenes a participar en el Sínodo Digital, todavía más
teniendo en cuenta como recoge el Documento para la Etapa Continental la
ausencia de las voces de los jóvenes en la Iglesia, como recordó el padre Raúl
Aderí, definiendo como “una pobreza para nuestra Iglesia que los jóvenes no
estén presentes” y haciendo ver que muchos jóvenes “no ven que el lenguaje de
la Iglesia les habla al corazón, no sienten que las preguntas que ellos se
ponen, tienen respuestas dentro de la Iglesia”.
Por eso el jesuita
cubano ve el Sínodo como “oportunidad para convertirnos como Iglesia", que
lleve a escuchar y acoger, a mostrar la importancia de su presencia. Unos
jóvenes que son el presente y el futuro de la Iglesia, en palabras de Mons.
Santiago Rodríguez, que llamó a los pastores a que los jóvenes sean “nuestra
opción preferencial”, y desde ahí mostrar que los jóvenes son parte de la gran
familia de la Iglesia.
Mons. Santiago Rodríguez
Buscar la unidad en la
diversidad
Un Sínodo del que no
todos se sienten parte, ante lo que Mons. Miguel Cabrejos destacó la
importancia del servicio petrino y de la guía del Espíritu Santo, llamando a
volver al espíritu de los Hechos de los Apóstoles, a un espíritu de unidad. Una
unidad que se debe logar en la diversidad, según Mons. Santiago Rodríguez, y
que se logra bajo la guía y la acción del Espíritu Santo. Una unidad que nos da
identidad y fortaleza, en palabras del obispo dominicano.
Son diferentes los modos de participación, especialmente en el ámbito digital, donde se han hecho presente 20 millones de personas en todo el mundo, muchas mujeres y un 30 por ciento que se declara no creyente, ejemplo de “una Iglesia más inclusiva, una Iglesia que escucha y que también está abriendo una nueva posibilidad”, señaló Tahiana Cruz, misionera digital que destacó la importancia de estos evangelizadores digitales, que está llevando a generar “planes de formación para poder seguir creciendo en la fe”. Una participación también destacada de la Vida Religiosa femenina en palabras de la Hna. Daniela Cannavina, que ha llevado a cabo “un trabajo muy en comunión con toda la Iglesia”.