La comunión y la enfermedad de celíaca

 Las Hostias para la Eucaristía están hechas a base de harina de trigo y agua natural.


La enfermedad Celíaca es una reacción inmunológica ante la ingesta de gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno. Con el tiempo, la reacción inmunológica al ingerir gluten genera una inflamación que daña el revestimiento del intestino delgado y produce complicaciones médicas

La Iglesia reconoce que no debe excluir de la comunión a los católicos con enfermedad celíaca, y se ha acomodado para aquellos que son incapaces de consumir el trigo.

Un laico incapaz de recibir una hostia baja en gluten, puede recibir la comunión bajo la especie de vino solamente.

Un sacerdote en una situación similar al participar en la Misa puede, con permiso del ordinario, recibir la comunión bajo la especie de vino solamente. Pero tal sacerdote no puede celebrar la Eucaristía de forma individual, ni puede presidir una concelebración.


El P. Joseph Faulkner, sacerdote de la diócesis de Lincoln en Estados Unidos, fue diagnosticado con enfermedad celíaca en 2008. Luego de ser ordenado, tuvo que recibir un permiso especial de su diócesis para usar hostias de bajo gluten para celebrar la Misa.

Para los celíacos que son incapaces de recibir las hostias bajas en gluten, el P. Faulkner dijo que “lo más seguro que una persona podría hacer sería pedir y recibir la Preciosísima Sangre de un cáliz, pero que no sea el cáliz que el sacerdote utiliza”.

Esto se debe a que el cáliz que contiene el vino utilizado por el sacerdote, también contiene el frumentum, partículas de hostia que cayeron durante la oración del Agnus Dei (rezada poco antes de la comunión). Para evitar cualquier inconveniente, es necesario un cáliz separado.

“Esa es la manera más segura, y cuando recibes la Preciosísima Sangre, recibes el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesús, para que no tengas que preocuparte de recibir solo parte del sacrificio”, indicó el sacerdote.

¿Sabías este dato?

fuente Acirprensa