Eruditos de la fe y su "humilde opinión"

 


En los últimos tiempos y gracias a las redes sociales, hemos visto una tendencia muy preocupante entre los cristianos, no sólo católicos, sino de muchas denominaciones y sectas... la generación de los eruditos inconformes de la fe.

Erudito:  [persona] Que tiene erudición, es decir, conocimiento profundo de alguna materia (en especial, relacionada con las humanidades) adquirido mediante el estudio directo de textos y fuentes. Para estos fines, son los mal llamados "influencers de la fe" u otra persona que se encuentra en un medio o espacio, dígase condición en la que se considera que tiene la validez moral de hacer críticas (constructivas o no) hacia una persona, un medio, una institución (para estos fines la Iglesia) etc etc etc.

Si bien es cierto, los medios digitales nos han permitido tener una voz capaz de ser escuchada, cosa que antes se veía muy limitado por no contar con la disposición, recursos e inmediatez que nos ofrecen estos medios, en fin, se ha generado la tendencia en las redes en la actualidad de atacar y criticar incluso a la iglesia, sus miembros o ministerios, bajo el alegato de que tengo la libertad de dar mi humilde opinión... pero... ¿es realmente así?...

Es muy fácil decir a muchos católicos, que no respetan al Papa, se nota que no saben que con ello caen en cisma, que es motivo de excomunión y es que decir lo que pensamos no está mal pero de ahí a vivir en desobediencia y haciendo que muchos se desencanten de la iglesia no creo que sea una cualidad que debamos tener los cristianos. 

Muchos "católicos" incluso servidores se han sumado a esta ola de critica y más critica hacia ministerios, sacerdotes y jerarquía de la iglesia y su proceder... me pregunto... ¿Qué tan coherentes somos estando donde no nos sentimos bien? 

Peor aún, aplaudimos a los "famosos" de la fe sólo por aplausos, no por testimonio real. 

Cuánta gente sirviendo en la iglesia pero entre queja y queja de que no se les paga o no reciben beneficios económicos o de otro tipo... no nos convirtamos en mercaderes de la fe. 

Dice la palabra 
Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. 1 Timoteo 6,9

"Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿Qué puede dar el hombre a cambio de su vida?" Mateo, 16 , 26

Como dice el canto... de qué te vale ser poderoso tener riquezas poder dinero, para qué quieres ser muy famoso, si al fin de cuentas pierdes el cielo...

A muchos se nos olvida que más que "influencers", "artistas", "figuras" o "personalidades" somos EVANGELIZADORES; SERVIDORES. No caigamos en el juego de convertirnos en mercaderes de la fe.

 
Quitémonos la careta.

Recordemos lo que dice la palabra en:

Mateo 18,6: "Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar."

Mateo 7,1-5: "No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?

Gálatas 5,15: Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros, tened cuidado, no sea que os consumáis unos a otros.

Mateo 18,15: Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.

2 Corintios 8, 20-21: "teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros; pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres."