Estamos acorralados


Desde hace unos meses hemos visto a los evangelizadores digitales enfrentar más pruebas que de costumbre, para poder hacer nuestra misión de llevar la buena nueva en los medios de la web.

Muchos hermanos de gran alcance han salido de las redes por mil y un motivo.

Para muchos quizás pensarán que es fácil subir contenido en las redes, pero no es tan sencillo, nuestro contenido debe ser bien orado, planificado, pero sobre todo bien sustentado porque, por lo menos en nuestro caso hablamos de una institución de más de 2,000 años, la iglesia católica, de la cual aprendemos más cada día en este mismo quehacer.

Vivimos un tiempo en el que a lo bueno se le llama malo, es la nueva norma. El contenido pornográfico, obceno, agresivo, lleno de antivalores circula con toda libertad, en cambio, los que queremos aportar desde lo positivo y espiritual somos vetados en los medios.

Ejemplos tenemos muchos: en twitter todo lo provida está siendo censurado. No podemos contradecir nada de la comunidad LGBT porque es acoso o discriminación, pero nosotros si somos censurados.

La libertad de expresión no existe.

La libertad de culto tampoco, ahora a los cristianos nos persiguen y nos censuran, así como persiguen aún en este siglo a miles de cristianos en el mundo.

Los blogueros no tenemos derecho de compartir nuestros espacios más allá de esta plataforma. Ahora Facebook nos bloquea nuestros enlaces. No se limitan al enlace en sí, ahora no nos sirven los acortadores, también son bloqueados y la nueva!!!!! ahora tampoco en las imágenes podemos colocar el enlace (IMAGEN) también está bloqueado.

Cómo lo hacemos? 

Qué más nos espera en el fututo? 

Yo me refugio en la palabra

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. Mateo 5,10

Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús. 2 Timoteo 3,12

Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me aborreció a mí. Juan 15,18

  • Dichosos ustedes cuando los odien, cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien por causa del Hijo del hombre. Lucas 6,22
  • Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. Romanos 12,14