En diciembre 2018 me llegó a la mente este pensamiento: “No pidas
dudando”, justo ese mes tomé importantes decisiones con relación a proyectos
que quería iniciar. Al llegar a mi mente esta frase, sentí una paz que entró en
mi ser y pude enfocar mis energías a metas que he trabajado durante el 2019 que
casi culmina.
La constancia ha tenido sus altas y baja pues debo confesar que la
ansiedad se ha apoderado de mí en varias oportunidades, muy pocas para mi
estilo de vida un tanto rígido en el que me gusta tener todos mis pasos bajo
control y en orden, pero ciertamente el Señor ha sabido calmar mis ansias.
El proyecto más importante llegó en marzo, dos a la vez y tenía
mis dudas, una compañera me dijo: si lo pediste esta es la respuesta de Dios. Confié,
me llené de valor y di el paso, ambos gracias a Dios han sido guiados por Dios.
Un segundo momento de fragilidad fue apenas a inicios de esta
semana, por la cual inicié esta sección de “Dios Me Dijo” pues recibí del Señor
la respuesta que tanto necesitaba. Pero hoy me vuelve a la mente la frase “No
pidas dudando” como una confirmación de que el Señor tiene pleno control de mi
vida. Me lo reconfirma con estas citas bíblicas que llegaron a mí en este día: Santiago
1,6: “Pero que pida con fe, sin dudar;
porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y
echada de una parte a otra.” Mateo 21,22: Y
todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.