El fin de semana pasado tuve la oportunidad de
participar del taller ignaciano “La espiritualidad de la colaboración” y
créanme que ha sido una gran reflexión.
Quienes nos hemos dedicado toda la vida, en
diversas parroquias, grupos, movimientos, etc. a trabajar dentro de la iglesia
nos hemos topado con tantos hermanos que más que sumar, restan. Trabajamos la colaboración desde diversos amitos, incluyendo la colaboración por la misma causa de personas remuneradas, voluntarios e incluso de hermanos de otras religiones.
En este fin de semana profundizábamos en la
misión evangelizadora que Dios nos ha encomendado a todos los bautizados. El llamado
de Dios es para TODA criatura. Así pues, nos invita la palabra a trabajar en
colaboración por la misión.
Ciertamente dentro de cada congregación, grupo,
parroquia, movimiento, etc., a lo que a partir de ahora llamaremos equipo, se
crean liderazgos que nos hacen sentir importantes, que no está mal pero que no
debe ser el fin porque recordemos que Jesús se hizo el servidor de sus
discípulos (Juan 13) pero muchas veces nos apegamos tanto a ese dichoso
“protagonismo” que nos convertimos en dictadores, en el sentido de no dejar que
surjan nuevos líderes, que no damos paso a otros hermanos a que ocupen lugares
importantes.
Peor aún, nos pasamos la vida criticando el
trabajo que hacen otros hermanos. Llegamos incuso, no solo hacer comentarios
sino de acciones para que esa persona no haga el trabajo que se le fue
encomendado, hacemos todo para que nos den eso a nosotros sin recordar que el
que mucho abarca poco aprieta y peor aún, que eso que hacemos afecta a ese
hermano en su relación con la iglesia y con la fe, pues si eso somos nosotros
que estamos dentro….
Recuerda cada día esta cita bíblica “Pero al
que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que
le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar” Mateo
18:6.
Pregúntate cada día, para quién he sido
piedra de tropiezo?
Citas bíblicas para reflexionar
Eclesiastés 4:9-12
Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor
remuneración por su trabajo. Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su
compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! Además, si
dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo ¿cómo se
calentará?Leer más.
Lucas 11:23
Versículos Conceptos
El que no está conmigo, contra mí está; y el
que conmigo no recoge, desparrama.
Romanos 12:16
Versículos Conceptos
Tened el mismo sentir unos con otros; no
seáis altivos en vuestro pensar, sino condescendiendo con los humildes. No
seáis sabios en vuestra propia opinión.
Romanos 15:5-6
Y que el Dios de la paciencia y del consuelo
os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo
Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo.
1 Corintios 1:10 “Os ruego, hermanos, por el
nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos os pongáis de acuerdo, y QUE NO HAYA DIVISIONES ENTRE VOSOTROS,
sino que estéis enteramente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.”
1 Corintios 12:14-20 “Porque el cuerpo NO ES UN SOLO MIEMBRO, SINO MUCHOS. Si
el pie dijera: Porque no soy mano, no soy {parte} del cuerpo, no por eso deja
de ser {parte} del cuerpo. Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy
{parte} del cuerpo, no por eso deja de ser {parte} del cuerpo.”
2 Corintios 6:14 “No estéis unidos en yugo
desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la
iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?
2 Corintios 13:11 “Por lo demás, hermanos,
regocijaos, sed perfectos, confortaos, sed de un mismo sentir, vivid en paz; y
el Dios de amor y paz será con vosotros.”
Filipenses 2:2 “haced completo mi gozo,
siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, DEDICADOS A UN MISMO PROPÓSITO.”
Filipenses 4:2 “Ruego a Evodia y a Síntique, QUE VIVAN EN ARMONÍA EN EL SEÑOR.”
1 Pedro 3:8-9 “En conclusión, sed todos de un
mismo sentir, COMPASIVOS, FRATERNALES,
MISERICORDIOSOS Y DE ESPÍRITU HUMILDE; NO DEVOLVIENDO MAL POR MAL, o
insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el
propósito de heredar bendición.”