¿Qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?”


“Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?” Corre uno a formular esta pregunta a Jesús: ¿Qué tengo que hacer de bueno…? 

Necesitamos aprender a formular nuestras prioridades. Jesús se lo muestra al que pregunta. Estamos atosigados por el afán de hacer las cosas bien y posiblemente precisemos clarificar lo que es esencial entre lo importante. Hay muchas cosas importantes pero una sola es esencial. Uno solo es Bueno. Empeñados en hacer las cosas bien constatamos que persistiendo la buena voluntad percibimos que no acertamos en procurar el bien. Buscamos tantas cosas que olvidamos, a veces, a Dios como la prioridad de nuestras búsquedas. Es importante tenerlo claro. Buscando a Dios y dejándonos encontrar por El, pasaremos a ser “imitadores de Dios como hijos queridos” que dice San Pablo. 

El referente lo tenemos en Jesús: “Yo no hago sino lo que veo hacer a mi Padre”. Comunica todo lo que ha oído a su Padre. Esto es lo que le propone como esencial. Dicho de otra manera: “Buscad el Reino de Dios y su Justicia y lo demás se os dará por añadidura.” Se trata de ajustarse al amor de Dios y ello se realiza “cumpliendo los mandamientos.” Pregunta de nuevo ¿cuáles? «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.» recibe como respuesta. 

Una línea de conducta que se deriva de haber asumido lo establecido por Dios que facilita el respeto a la vida, a la dignidad de las personas, a sus derechos, a los bienes de la humanidad. Situarse en el amor, como clave de interpretación de la existencia, propia y ajena. Todo eso lo ha cumplido. ¿Qué me falta? Preguntará. Le sabe a poco y desea más. «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo.» propone Jesús. Es lo definitivo. A quien aspira a la perfección se le hace ver que no hay nada mayor que el seguimiento de Jesucristo. Se trata de identificarse con él y en él. No le satisfizo la propuesta. El problema: sus bienes. Y el nuestro ¿cuál es? Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.