¿Se pueden romper las imágenes sin bendecir cuando se hacen dinámicas en los retiros?


¿Se pueden romper las imágenes sin bendecir cuando se hacen dinámicas en los retiros? el  P. Emmanuelle Cueto Ramos nos responde 
  
Romper las imágenes en "dinámicas" en los retiros, práctica que debe ser eliminada

Últimamente me han preguntado sobre el tema, al parecer se ha vuelto tendencia hablar sobre esto, quizás porque en algunos casos se han usado de forma incorrecta las imágenes de Jesús crucificado en alguna que otra dinámica en los retiros. Me permitiré ser objetivo y argumentativo para evitar sostener mi respuesta en meras opiniones personales.

Pues bien, hay que decir primero que las imágenes dentro de la Iglesia no sólo cumplen un mero papel a manera de recordatorio. Sostener eso es banalizar algo tan importante que va más allá de lo empíricamente evidente. Hay un cierto sector dentro de la Iglesia que, al estudiar la Biblia de forma equivocada, sostiene que las imágenes, al no “hacer milagros” -cosa cierta- comienza a perder el fervor y el respeto por ellas.

Comencemos diciendo lo que el Sagrado Magisterio nos afirma en el Concilio de Trento, en su 22° sesión del 17 de septiembre de 1562:

“Y como la naturaleza humana es tal que sin los apoyos externos no puede fácilmente levantarse a la meditación de las cosas divinas, por eso la piadosa madre Iglesia instituyó determinados ritos […] con el fin de encarecer con el fin de encarecer la majestad de tan grande sacrificio [la Eucaristía] e introducir las mentes de los fieles, por estos signos visibles de religión y piedad, a la contemplación de las altísimas realidades que en este sacrificio están ocultas.” (DZ 1746)

Ciertamente este decreto no refiere directamente a las imágenes sagradas (de las cuales continuaremos un poco más adelante) pero podemos rescatar elementos importantes que nos permitirán dilucidar sobre el tema del presente artículo.

1. La Iglesia reconoce con humildad que nuestra naturaleza humana necesita de apoyos sensibles, externos, palpables, que sean de suyo evidentes.

2. Estos apoyos externos o sensibles, tienen un fin específico: Elevar el alma a la meditación de las cosas divinas.

Pues bien, esto mismo aplica con las imágenes religiosas que usamos -como dice el Concilio de Trento- para elevar e introducir nuestras mentes a la contemplación de las altísimas realidades divinas. Creo que, hasta el momento, nadie que se diga católico podría poner en tela de juicio lo que el Concilio hasta el momento nos refiere. Ahora bien, más tarde nos expresará el mismo concilio, sobre las imágenes sagradas.

Concilio de Trento (1545-1563)
En la 25° sesión del 3 de diciembre de 1563, en su decreto sobre la invocación, la veneración y las reliquias de los santos y sobre las imágenes sagradas dice:

Manda el santo Concilio a todos los obispos y a los demás que tienen cargo y cuidado de enseñar que, de acuerdo con el uso de la Iglesia Católica y Apostólica , recibido desde los primero tiempos de la religión cristiana, de acuerdo con el sentir de los Santos Padres y los decretos de los Sagrados Concilios: que instruyan diligentemente a los fieles en primer lugar acerca de la intercesión de los santos, su invocación, el culto de sus reliquias, Y EL USO LEGÍTIMO DE SUS IMÁGENES […] No porque se crea que hay en ellas alguna divinidad o virtud por la cual haya de dársele culto, , o que haya de pedírseles algo a ellas, o que haya de ponerse la confianza en las imágenes, como antiguamente hacían los gentiles , que colocaban su esperanza en los ídolos; sino por el honor que se les tributa, se refiere a los originales QUE A ELLOS REPRESENTAN. (DZ 1821, 1823)

De este texto hay que decir lo siguiente:

La Jerarquía, especialmente, tenemos la responsabilidad de enseñar la doctrina correcta sobre el cuidado, respeto y culto verdadero a las imágenes. Lo que llama la atención es que en un primer momento el Concilio llama a respetar las imágenes, no habla de Sagradas imágenes, como más adelante sí las llama: “[…] a parte que de todas las sagradas imágenes se percibe grande fruto, no sólo porque recuerdan al pueblo los beneficios que le han sido concedidos por Cristo […] La Iglesia, por lo tanto, respeta las imágenes antes y después de ser bendecidas. A las cuales el concilio llama imágenes de los santos y posteriormente llama sagradas imágenes.

Las imágenes por ser hechura de la mano del hombre, no posee ciertamente ninguna virtud divina per se, (por sí misma) y por lo tanto su culto es relativo, es decir que se dirige a la persona que representa, no que el objeto o imagen sean el fin del culto mismo. Sin embargo, no significa que no deban ser respetadas.

Se ha convertido en algo usual que muchos grupos, al realizar sus retiros suele usar imágenes (especialmente el crucifijo) para ciertas dinámicas que buscan mover el sentimiento más que la razón. Y en más de alguna han roto o tirado el crucifijo buscando con esto conmover el corazón de los participantes. Me pregunto: ¿Realmente es la forma correcta de mover a las personas a cambiar de vida?

La Iglesia nos enseña que, aunque la imagen no haya sido bendecida, debe ser respetada por el fin que por el que fue fabricado (a). Esta es una idea importante que hay que comprender. Nuestro respeto y aprecio por una imagen bendecida o no, tiene su origen en el fin para el que fue hecho. Por lo tanto: ¿Es correcto usar las imágenes de Cristo, de María o de los santos para usarlas en las dinámicas y romperlas o maltratarlas? La respuesta después de recorrido es: No, no es correcto y debe dejar de hacerse.
  
La razón, más que al sentimiento
Si en los retiros espirituales buscamos mover el sentimiento, entonces debemos reconsiderar profundamente nuestra metodología y pedagogía. En realidad, la conversión como cambio de mentalidad, de vida, de actuar… va más allá del mero sentimiento. San Pablo ¿Acaso sintió bonito cuando tuvo su encuentro con Cristo? ¿Sintió bonito cuando se quedó ciego y no comió por tres días? Quienes organizamos retiros debemos procurar apelar más que al sentimiento, a la razón misma. Pues bien, cuando se apela al sentimiento, la reacción y resultado siempre será temporal. Pero cuando se apela a la razón, el efecto es duradero, permanente. Se excluye el sentimiento, ¡por supuesto que !

Porque la conversión va en la línea de lo racional, no sólo de lo emocional. Seamos realistas: Si tú y yo estamos en nuestro proceso de conversión, ¿Acaso no continúas en él porque estás convencido de que es el camino correcto? Pues bien, ese convencimiento viene de la razón, no del sentimiento.

Con esto, deseo concluir diciendo:
Las imágenes no sólo son un medio “para recordar”, sino que como dice el Concilio, por medio de ellas se percibe grandes frutos espirituales.

Las imágenes, sea que estén o no bendecidas, deben ser respetadas y no ser usadas de manera incorrecta. El fin, no justifica los medios, así de sencillo.