El camarlengo es un funcionario de la corte papal, administrador de
los bienes y los ingresos de la Santa Sede; entre sus responsabilidades se
incluía la administración del patrimonio de San Pedro. Es un cargo vitalicio,
salvo renuncia.
La Constitución Apostólica Pastor
Bonus (28 de junio de 1988),1 el camarlengo ha de ser un cardenal, pues así es
como se refiere a él dicho texto, siendo, como todos los miembros principales
de la Curia pontificia, nombrado por el papa.
El tratamiento para este cargo es
Cardenal Camarlengo.
La palabra Camarlengo se deriva
del latín tardío camarlingus, y a su vez, del francés Kamerling, que proviene
del latín camerarius, que significa "oficial de la cámara" (en
general, refiriéndose a la "cámara del tesoro"), sin embargo el DRAE
aporta otra etimología: la palabra camarlengo procede del idioma germánico
franconio kamarling (camarero) y tiene el mismo étimo que la palabra alemana
Kammer (cámara); en rigor las dos etimologías no se oponen: el italiano
camerlengo actual tomó la palabra del latín medieval, el latín tardío tomó la
palabra del francés medieval y del idioma fránico (de los antiguos francos).
Funciones del Camarlengo
La responsabilidad más importante
del camarlengo es la relacionada con la determinación
formal de la muerte del Papa.
El procedimiento tradicional para
este momento comienza cuando el camarlengo, situado al lado del lecho de muerte
del Romano Pontífice, llama a éste con su nombre de pila y apellidos –tres
veces, con una diferencia de tres minutos entre cada llamada-; acto seguido,
golpea suavemente la cabeza del papa. Después de que el papa es declarado
muerto, el camarlengo quita el anillo del Pescador de su dedo en presencia de
los cardenales y luego procede a destruirlo con un martillo, junto con el sello
oficial de plata del pontífice. Estos actos simbolizan el final de la autoridad
del papa.
Finalmente, el camarlengo procede
a cerrar las puertas que dan acceso a los aposentos privados del papa, ante la
presencia de los cardenales prefectos y del secretario de Estado;
posteriormente comunica la noticia a los dignatarios principales de la curia romana, al decano del Colegio de
Cardenales y al vicario general de Roma quien, a su vez, lo da a conocer a la
opinión pública. Es en este momento cuando se da inicio a la sede vacante,
conformada por los preparativos de las exequias del pontífice y el llamamiento
a cónclave por parte del decano del
Colegio Cardenalicio.
El camarlengo, durante la sede vacante, también actúa como jefe de
Estado en funciones de la Ciudad del Vaticano. Sin embargo, durante este
tiempo, no es responsable del gobierno espiritual de la Iglesia católica.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (22 de febrero de 1996)
encarga esa tarea al Colegio Cardenalicio; a pesar de ello, el poder de
gobierno que se les otorga es muy limitado, siendo sólo lo suficiente como para
permitir que las instituciones de la Iglesia sigan funcionando y realicen
algunas funciones básicas, esto, sin tomar decisiones definitivas o
nombramientos, facultades o poderes cuyas funciones solo se reservan al papa.
El camarlengo, sin embargo, debe permanecer en el ejercicio de su cargo durante
la sede vacante, a diferencia del resto de la curia romana. La otra persona que
se mantiene en su cargo es el penitenciario mayor.
Tres
camarlengos han sido elegidos Papa:
·
Cosimo Gentile Migliorati (Inocencio VII, 1404)
·
Gioacchino Pecci (León XIII, 1878)
·
Eugenio Pacelli (Pío XII, 1939).
Otros dos, Cencio, que fue
elegido como papa con el nombre de Honorio III en 1216, y Rinaldo Conti di
Segni, elegido papa con el nombre de Alejandro IV en 1254, no ocupaban el
puesto de camarlengo para el instante que fueron elegidos (Cencio fue
camarlengo desde 1188 hasta 1198, mientras que Rinaldo lo fue desde 1227 hasta
1231).
Escudo de armas
Su escudo de armas está compuesto
por un capelo cardenalicio, (es
decir, de color rojo y quince borlas del mismo color a cada lado, dispuestas en
cinco órdenes); sobre dicho capelo aparecen dos llaves cruzadas, una de oro y la otra de plata, (conocidas como
las llaves del Reino de los Cielos, aparecen en las armas personales de los
Pontífices y también -junto con la tiara o mitra en el caso del Papa Benedicto
XVI- en el escudo de la Santa Sede) en saltire; el conjunto está surmontado por
un ombrellino, un toldo o sombrilla en franjas alternas de rojo y amarillo, que
representa también la Sede Vacante (es decir, un interregno papal).
Fuente: WP