Como les comenté
en algunas de mis notas sobre las experiencias de fe que he vivido, en esta
etapa de matrimonio que Dios me ha regalado ya hace dos años, me he esforzado
por vivir experiencias con mi pareja que nos permitan mantener un matrimonio de
fe y fomentar una familia cristiana, es por esto que el acabamos de vivir la experiencia del Movimiento Encuentro Matrimonial.
Como saben, no
puedo decirles nada de lo que allí se vive pero se la recomiendo a todas las
parejas que quieren seguir creciendo en su fe y amor.
El Encuentro
Matrimonial es un movimiento católico gestionado por matrimonios que trabajan
para contribuir a que las parejas afiancen su amor y profundicen en su
relación.
La organización cuenta con una larga
trayectoria de 60 años realizando su labor alrededor del mundo, y desde hace 36
años ha dedicado sus esfuerzos y empeño en los matrimonios dominicanos.
El movimiento promueve una actividad
nombrada “Fin de Semana”, un retiro en el cual se les enseña a los matrimonios
que asistan un método de comunicación que les permite mejorar notablemente su
relación, y se realiza cada mes. El retiro es impartido por tres matrimonios y
un sacerdote.
Esta es una experiencia de conversión dedicada a todos los
matrimonios que aún no han tenido la oportunidad de vivir este encuentro.
Lo de vida en pareja según el
plan de Dios. No somos terapeutas matrimoniales, somos un matrimonio que
enseñamos un método de comunicación que conlleva un estilo de vida diferente”.
Entre los valores que a través
de su experiencia de formación ha vivido esta pareja ejemplar está el de la
unidad desde el punto de vista tanto de las comunidades de matrimonios que se
han formado en cada encuentro como a nivel mundial.
Este movimiento pretende
principalmente comunicar la idea de que siempre existe la posibilidad de
comunicarse y entenderse en pareja, de que existe la alegría de vivir en
matrimonio y creer en la pareja.
Hace 60 años Encuentro Matrimonial Mundial
surgió por dos sacerdotes: primero con el padre Gabriel Calvo, que vio el
comportamiento de unos adolescentes en una escuela y sintió curiosidad por
saber cómo eran sus padres y el tipo de educación que les habían dado a sus
hijos.
Detrás de esos
muchachos había un matrimonio que dialogaba con el método que hoy en día el
movimiento se dedica a enseñar en los “Fines de Semana”.
El sacerdote se
dio cuenta de que esa era una pareja que creía en el matrimonio y en el amor,
que a la vez dialogaba y que luchaba por sacar adelante su relación, y esta fue
la inspiración para iniciar el movimiento en España. Fue el padre Chuck
Galleguer que lo trajo a América.