Uno de los dolores
de cabeza que tengo más grande es al ver coros, ministerios, solistas y
cantantes animando una misa como si fuera un concierto, ocupándose de los
asuntos de entonación, ritmo, sonido, tono y demás pero no de la liturgia.
Como se llama el
ministerio de canto al que pertenezco CO2,
debemos recordar que cantar es orar dos veces, los cantos en las
eucaristías no son canciones sino cantos o canticos que corresponden a la
actividad más importante de nuestra iglesia, ya que no existe evento que sobre
pase la importancia de la misa.
No hay que ser un
teólogo para tener los conocimientos básicos de la liturgia de los cantos en la
eucaristía y es muy deprimente ver los errores que cometemos por falta del
interés de conocer nuestra fe.
No todos los cantos
se hacen. Cada tiempo litúrgico trae consigo, además de los cambios de colores
y de rituales, cantos especiales que corresponden a cada tiempo y momento de la
misa, únicos para esos momentos. Más especialmente, hay momentos en la misa que
se hacen oraciones cantadas y dichos cantos jamás deben salirse de esas
oraciones y su fin. Es por esto, que estaremos publicando una serie de
artículos en las que examinaremos paso a paso cada canto de la misa. No somos
expertos ni mucho menos, pero esperamos poder contribuir a la formación de
muchos de nuestros coros que por desconocimiento cometen el error de faltar a
la liturgia.
Los errores más
graves y comunes son el gloria, el santo y el cordero, se nos olvida que son oraciones,
y que están textualmente escritas en el misal, pero son los cantos en los
cuales los coros persisten en errar.
Si algo aprendí de
mi anterior párrafo es de que a Dios se le da lo mejor, por tanto les invito a
que nos ocupemos en aprender sobre la fe que profesamos.
Iremos paso a paso,
espera nuestro próximo artículo, espéralo.