SINODO DIGITAL: Misioneros en el entorno digital

 17. Misioneros en el entorno digital

Convergencias

a) La cultura digital representa un cambio fundamental en la forma en que concebimos la realidad y nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás, con el entorno que nos rodea y también con Dios. El entorno digital cambia nuestros procesos de aprendizaje, nuestra percepción del tiempo, el espacio, el cuerpo, las relaciones interpersonales y toda nuestra forma de pensar. El dualismo entre lo real y lo virtual no describe adecuadamente la realidad y la experiencia de todos nosotros, especialmente de los más jóvenes, los llamados “nativos digitales”.

b) La cultura digital, por lo tanto, no es tanto un ámbito específico de misión como una dimensión crucial del testimonio de la Iglesia en la cultura contemporánea. Por esta razón tiene un significado particular en una Iglesia sinodal.

c) Los misioneros siempre han partido con Cristo hacia nuevas fronteras, precedidos e impulsados por la acción del Espíritu. Hoy en día, depende de nosotros llegar a la cultura actual en todos los espacios donde las personas buscan significado y amor, incluidos sus teléfonos móviles y tabletas.

d) No podemos evangelizar la cultura digital sin antes entenderla. Los jóvenes, y entre ellos los seminaristas, los jóvenes sacerdotes y los jóvenes consagrados y consagradas, que a menudo tienen una profunda experiencia directa de ella, son los más adecuados para llevar a cabo la misión de la Iglesia en el entorno digital, así como para acompañar al resto de la comunidad, incluidos los pastores, a una mayor familiaridad con su dinámica.

e) Dentro del proceso sinodal, las iniciativas del Sínodo Digital (proyecto “La Iglesia te escucha”) muestran el potencial del entorno digital en clave misionera, la creatividad y generosidad de quienes se comprometen en él y la importancia de ofrecerles formación, acompañamiento, posibilidad de discusión entre iguales y colaboración.

Cuestiones que deben abordarse

f) Internet está cada vez más presente en la vida de los niños y las familias. Si bien tiene un gran potencial para mejorar nuestras vidas, también puede causar daños y lesiones, por ejemplo, a través del acoso, la desinformación, la explotación sexual y la adicción. Hay una necesidad urgente de reflexionar sobre cómo la comunidad cristiana puede apoyar a las familias para garantizar que el espacio en línea no solo sea seguro, sino también espiritualmente vivificante.

g) Son muchas las iniciativas online relacionadas con la Iglesia de gran valor y utilidad, que proporcionan una excelente catequesis y formación en la fe. Desafortunadamente, también hay sitios donde los temas relacionados con la fe se abordan de una manera superficial, polarizada e incluso odiosa. Como Iglesia y como misioneros digitales individuales, tenemos el deber de preguntarnos cómo garantizar que nuestra presencia en línea sea una experiencia creciente para aquellos con quienes nos comunicamos.

h) Las iniciativas apostólicas en línea tienen un alcance que se extiende más allá de los límites territoriales tradicionalmente entendidos. Esto plantea preguntas importantes sobre cómo pueden ser regulados y qué autoridad eclesiástica es responsable de la supervisión.

i) También debemos considerar las implicaciones de la nueva frontera misionera digital para la renovación de las estructuras parroquiales y diocesanas existentes. En un mundo cada vez más digital, ¿cómo podemos evitar quedarnos prisioneros de la lógica de la conservación y, en cambio, liberar energía para nuevas formas de ejercicio de la misión?

j) La pandemia de COVID-19 ha estimulado la creatividad pastoral en línea, ayudando a reducir los efectos de la experiencia de aislamiento y soledad experimentada en particular por las personas mayores y los miembros vulnerables de las comunidades. Las instituciones educativas católicas también han utilizado eficazmente las plataformas en línea para seguir ofreciendo formación y catequesis durante los confinamientos. Es bueno que consideremos lo que esta experiencia nos ha enseñado y cuáles pueden ser los beneficios duraderos para la misión de la Iglesia en el entorno digital.

k) Muchos jóvenes, que también buscan la belleza, han abandonado los espacios físicos de la Iglesia a los que intentamos invitarlos en favor de los espacios online. Esto implica encontrar nuevos caminos para involucrarlos y ofrecerles formación y catequesis. Este es un tema sobre el que reflexionar pastoralmente.

Propuestas

l) Proponemos que las Iglesias ofrezcan reconocimiento, formación y acompañamiento a los misioneros digitales que ya están trabajando, facilitando también el encuentro entre ellos.

m) Es importante crear redes colaborativas de influencers que incluyan a personas de otras religiones o que no profesen ninguna fe, pero colaboren en causas comunes para la promoción de la dignidad de la persona humana, la justicia y el cuidado de nuestra casa común.