Ayer en el país celebramos una de las conmemoraciones más reconocidas por los dominicanos, la fiesta de la Virgen de Altagracia, costumbre muy venerada por todos los católicos y algunos no católicos.
Nuestra Señora del Altagracia «madre protectora y espiritual del pueblo dominicano»
Cada 24 de septiembre, en el país
se celebra el día de las Mercedes, quien es la santa más antigua tras poseer el
titulo mariano la Merced que se remonta a la fundación de la orden religiosa de
los mercedarios el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España.
Dado el reconocimiento de esta fiesta, muchos confunden a esta advocación como la Patrona del pueblo dominicano pero lo cierto es que no es así. La patrona es la Virgen de las Mercedes, que al final es la misma Virgen María pero advocación distinta. Por eso es importante que como católicos conozcamos nuestra fe, aquí les comparto un poco sobre el tema:
Nuestra Señora del Altagracia «madre protectora y espiritual del pueblo dominicano»
Nuestra Señora de la Altagracia o
Virgen de la Altagracia es una advocación mariana católica considerada como la
«madre protectora y espiritual del pueblo dominicano». Su fiesta patronal
es el 21 de enero, día festivo/no laborable en la República Dominicana en el
que muchos fieles devotos de la Virgen concurren desde todo el territorio
dominicano a la basílica de Higüey, en la provincia La Altagracia
Algunos historiadores y párrocos
de la Iglesia católica mencionan que a partir del 12 de mayo de 1502 la imagen
es llevada a una parroquia en la Villa de Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes
del obispo de Santo Domingo, García Padilla, ya que en esa época habían llegado
a Higüey los hermanos Trejo: Alonso y Antonio, quienes habrían traído la imagen
de la Virgen de la Altagracia al país; estos provenían de Plasencia, localidad
de la Comunidad Autónoma Extremadura, España; fue en Extremadura en la
localidad de Siruela donde la Virgen María se le apareció a un agricultor sobre
un árbol -de ahí su nombre- la más Alta Gracia venida de los cielos.
El canónigo Luís Gerónimo de
Alcocer escribió otra versión acerca de la llegada de la Virgen a la colonia.
En su relación de 1650, De Alcocer dice lo siguiente:
La imagen milagrosa de nuestra
Señora de Altagracia está en la villa de Higüey, como treinta lenguas de la
Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor
a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa imagen: consta
que la trajeron a esta isla dos hidalgos naturales de Pacencia en Extremadura,
nombrados Alonso y Antonio de Trejo que fueron de los primeros pobladores
cristianos de esta isla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don
Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Gobernador de esta isla que
los acomode.
Algunos historiadores dicen que
la fiesta oficial de Nuestra Señora de la Altagracia es el 21 de enero porque
en ese día de 1691 se llevó a cabo la Batalla de la Sabana Real en la parte
este de la isla de Santo Domingo, donde el ejército español, encabezado por
Antonio Miniel derrotó al ejército francés.
También hay una versión que dice
que los españoles le pidieron a la Virgen de la Altagracia que les ayudara a
ganar la batalla. El 21 de enero realizaron una gran fiesta religiosa con
motivo de veneración a la Altagracia, aunque su fiesta debería ser el 15 de
agosto, debido a que en dicha fecha fue llevada la imagen de la Altagracia a la
colonia.
Según algunos historiadores el
origen de la Virgen provendría de un hecho acaecido a un campesino español de
la comunidad autónoma de Extremadura. El campesino señaló que caminaba por el
bosque cuando se le apareció la Virgen María en la altura de las ramas de un
árbol, de ahí procede su nombre "Señora de la Altagracia" o
"Virgen de la Altagracia proveniente de la gracia del señor". En los
últimos viajes de Cristobal Colón un grupo de españoles trajeron el retrato de
la virgen a la isla, hasta la región de Higüey, de ahí el pueblo y la Iglesia
católica comenzaron a venerarla, como madre de Dios que es y virgen protectora
del pueblo dominicano. A partir de esa fecha se fue extendiendo por toda la
isla el fervor de los cristianos dominicanos por su madre, al difundirse los
numerosos milagros que la Virgen de la Altagracia realizaba en la isla,
comenzando así la tradición del pueblo dominicano de visitar cada 21 de enero
la basílica de Higüey, donde se encuentra actualmente La Virgen de la
Altagracia.
Virgen de las Mercedes “Patrona de la República Dominicana”
Considerada desde 1844 la
“Patrona de la República Dominicana”, Nuestra Señora de las Mercedes o la
Virgen de la Merced es la madre espiritual de miles de dominicanos que profesan
la fe católica.
“Piedad, perdón, compasión,
misericordia, son sinónimos de la palabra Merced, las cuales definen la misión
particular que le fue otorgada a la virgen, que era tener misericordia de los
cristianos cautivos en manos de los musulmanes, muchos de ellos miembros de la
orden que canjearon sus vidas por la de presos y esclavos.
La Virgen de las Mercedes no es
solo adorada en República Dominicana, también países como España, Italia, Perú
y Venezuela piden protección especial de esta santa.
La leyenda dice que la devoción
de esta virgen en la isla de Santo Domingo se origina el 14 y 15 de marzo del
1495, al regreso de Cristóbal Colón luego del viaje donde descubrió a Cuba y
Jamaica, donde encontró que el panorama estaba alborotado debido a las
violaciones y robos cometidos por los suyos.
Ante los abusos cometidos por los
españoles hacia los indios, una coalición entre los caciques, comandados por
Maniocatex, hermano de Caonabo, aglomeró un inmenso ejército de indios en La
Vega Real, para destruir las fortalezas y atacar la Isabela.
Según la leyenda, Colón
inmediatamente se dispuso a combatirlos y al llegar sobre un alto cerro, a 5
Kilómetros de La Vega Real colocó una cruz de dos metros en el centro del
cerro, improvisada con dos ramas de níspero.
Este altar lo realizó a sabiendas
de que los españoles eran tan pocos que necesitarían un milagro para detener a
tantos indios, ya que solo eran 220 españoles contra aproximadamente 30,000
indios.
“Al llegar los indígenas y ver la
cruz, la atacaron directamente para destruirla, entendiendo que el poder de los
españoles se derivaba de ella,
finalmente se dio la batalla entre ambos y pese al heroísmo de los
indios la victoria fue de los españoles”.
Los españoles reconocieron que en
este suceso paso la interposición de un milagro y regocijados se reunieron a
dar gracias a la Virgen.
Desde entonces Nuestra Señora de
Las Mercedes es venerada en el Santo Cerro, primer santuario mariano de
América, establecido por indicación de Cristóbal Colón, quien indicó en su
testamento que se hiciera esta iglesia.
En algunas ciudades del país como
Cabrera, Constanza, Hato Mayor, Imbert (Bajabonico), Pimentel y Sabana Grande
de Palenque, la Virgen de Las Mercedes es su patrona espiritual y cada año
celebran fiestas patronales en conmemoración.
Tradicionalmente los dominicanos
devotos acuden en peregrinación hacia el santuario de la Virgen hasta llegar al
Santo Cerro, ubicado en la provincia La Vega, con la esperanza de obtener algún
beneficio y de ofrecer votos y promesas a la Virgen. Luego de la procesión, los
devotos participan de las eucaristías que se realizan.
Cada parroquia católica celebra
una eucaristía en honor a la patrona del pueblo dominicano y para la liturgia
eucarística de la festividad de la Virgen de las Mercedes se utiliza el color
blanco que es símbolo paz, pureza y tiempo de júbilo.
La Virgen de la Merced tiene
elementos característicos como son la túnica, el escapulario y la capa, todo en
color blanco, con un escudo mercedario en el pecho, las cadenas y el grillete
son insignias de esclavitud. Posee una tocada con corona de reina y también con
el cetro en la mano derecha, mientras que en otras imágenes sostiene en la mano
izquierda al Niño Jesús.
Diversas instituciones como son
la guardia nacional y el cuerpo de bomberos del país también tiene por patrona
a la virgen, quienes reciben la protección de una madre espiritual que los
guarda en cada una de sus salidas en respuesta a algún fuego o para
salvaguardar la población en momentos en que se requiere su ayuda.