Papa denuncia "acoso" contra los cristianos y exige "convivencia respetuosa"

Juan Lara | EFE
Madrid
Benedicto XVI hizo ayer en Madrid un llamamiento a la "convivencia respetuosa" entre los cristianos y otras "legítimas opciones" y, tras denunciar el "acoso y la persecución larvada" que sufren en muchos países, exigió "respeto" y pidió a los cristianos que "no se avergüencen" de Cristo.

El pontífice llegó ayer a la capital española para presidir la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), a la que asisten cientos de miles de muchachos de 193 países.

Ya en el avión que le trasladaba de Roma a Madrid, Benedicto XVI expresó su preocupación por la crisis económica y, en una conversación con los periodistas que le acompañaban, se refirió a los jóvenes en paro.

La crisis económica es también de ética, señaló el papa, quien aseguró que el ser humano tiene que ser el centro de la economía y no al revés.

Y al llegar a Madrid, sus primeras palabras fueron para los jóvenes y para recordar las raíces cristianas de España.

El papa también denunció el "acoso y desprecio" que sufren los cristianos en numerosas partes, especialmente en el cada vez más secularizado Occidente, donde se intenta "silenciar", dijo, hasta el nombre de Cristo.

"No pocos, por causa de su fe en Cristo, sufren discriminación, que lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada que padecen en determinadas regiones y países. Se les acosa queriendo apartarlos de Él, privándolos de los signos de su presencia en la vida pública y silenciando hasta su santo Nombre", indicó.

Con esas palabras, Benedicto XVI volvió a condenar la cultura, actual, "sobre todo en Occidente", que tiende a excluir a Dios o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social, según señaló en el mensaje que envió a los jóvenes con motivo de esta JMJ.

El anciano pontífice, de 84 años, exhortó ayer a los jóvenes cristianos a no tener miedo y a no "avergonzarse" de Cristo y una vez más les advirtió contra la "superficialidad, el consumismo y el hedonismo imperantes" y las "tantas banalidades a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad y tanta corrupción".
El papa agregó que los jóvenes "saben" que sin Dios sería arduo afrontar esos retos y ser verdaderamente felices.

Reconoció que "no faltan dificultades", que hay guerras, que la justicia y el "altísimo valor" del ser humano "se doblegan fácilmente a intereses egoístas, materiales e ideológicos", que no se respeta el medio ambiente y que muchos jóvenes, además, miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar un empleo digno o bien por haberlo perdido o tenerlo muy precario e inseguro.

Por ello, agregó, es "urgente" ayudar a los jóvenes cristianos a permanecer firmes en la fe y a asumir "la bella aventura" de anunciarla "sin ocultar su propia identidad cristiana, en un clima de respetuosa convivencia con otras legítimas opciones y exigiendo, al mismo tiempo, el debido respeto a las propias".

Recibido por los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Benedicto XVI expresó su alegría de viajar por tercera vez a este país.

Dijo que "admira" a España por su rica historia y cultura y por la vitalidad de su fe, que ha fructificado en tantos santos y santas de todas las épocas, en numerosos hombres y mujeres que, dejando su tierra, han llevado el Evangelio por todos los rincones del orbe.
"Es un gran tesoro que ciertamente vale la pena cuidar con actitud constructiva, para el bien común de hoy y para ofrecer un horizonte luminoso al porvenir de las nuevas generaciones", subrayó.

Benedicto XVI agregó que, aunque haya actualmente "motivos de preocupación", en referencia a la crisis económica, "mayor es el afán de superación de los españoles, con ese dinamismo que los caracteriza y al que tanto contribuyen sus hondas raíces cristianas".

En su discurso, el rey también abogó por acabar con "el intolerable paro juvenil".
Pidió que se faciliten a los jóvenes todos los medios disponibles para que logren abrirse camino en unos tiempos no fáciles para la juventud, "tantas veces frustrada por falta de horizontes personales y laborales".

Acerca de la JMJ, el papa dijo que es "una cascada de luz y muestra el coraje de ser creyentes" y que espera que de frutos para una nueva evangelización.

Los jóvenes le dieron ayer la bienvenida a Benedicto VXI en la céntrica plaza de Cibeles, tras entrar de manera simbólica en la capital de España atravesando la monumental Puerta de Alcalá acompañado de medio centenar de muchachos de los cinco continentes.

Las calles del centro de Madrid son ya auténticos ríos de jóvenes, de una edad media de 22 años, que se dirigen a Cibeles, en medio de un fuerte dispositivo policial. 

Fuente: http://www.listindiario.com.do//las-mundiales/2011/8/18/200166/Benedicto-XVI-denuncia-acoso-contra-los-cristianos-y-exige-convivencia