Últimas celebraciones de nuestra fe

En estos días hemos vivido las fiestas de San Pablo y San Pedro además de Santo Tomás.

De este último tenemos la moraleja de que no debemos esperar a ver para creer, la fe es creer en lo que no se ve, así que seamos de los que esperan señales, signos y prodigios para ver la maravilla de Dios en nuestras vidas.

De San Pedro aprendamos a ser la roca firme que aunque en algún momento decaiga y niegue su fe se convierta en uno de los más grandes prepulsores de la fe, ganándose la dicha de poseer las llaves del cielo.

De San Pablo, en este año Paulino hemos aprendido mucho, yo lo resumo en esa verdadera trasformación de vida que llegó a todo el mundo como un verdadero testimonio de fe.


El Señor les bendiga